Limitar nuestro mensaje a la difusión de imágenes no es suficiente. Una imagen dice más
que mil palabras, si, pero ¿transmite con exactitud y por completo lo que pretendemos
comunicar?
Cada
vez es más frecuente el uso de imágenes en el marketing online. De hecho, hay
redes dedicadas a estas como Instagram, Pinterest o Tumblr.
Es perfecto añadir
fotos evocadoras que resaltan y enfatizan la belleza o los detalles. Pero codificar
el texto en una imagen encriptando nuestras palabras en colores y formas deja
gran parte del sentido fuera de nuestro control, en manos del receptor.
Conocemos
el impacto positivo de la imagen en el conjunto de nuestros
mensajes, y lo imprescindible que son en cualquier campaña de marketing: apoya,
sugiere y sintetiza. Al comunicarnos solo mediante estas no
conseguiremos el impacto completo que deseamos.
Si
las imprecisiones en los textos nos hacen perder la fuerza con la que queremos impactar, la ausencia de estos,
sustituidos por una fotografía, puede que acabe por dispersarnos de nuestro objetivo. El interlocutor ante una imagen huérfana de palabras
¿reaccionará de la manera que esperamos?
Al
comunicarnos tanto on line, como off line, nuestro objetivo puede ser:
Generar las emociones
Aportar la información completa
Sugerir experiencias
El
texto…
Precisa lo que la imagen
sugiere, y aporta más de lo que el receptor por si solo imagina.
Orienta,
conduce al espectador hacia el
aspecto que queremos destacar. Es más certero a la hora de concretar de
manera objetiva la impresión que se quiere causar.
Informa. Fuera dudas para el público.
Evoca. No solo lo hacen las
imágenes al desatar mecanismos sensoriales en el cerebro. Utilizar adjetivos o verbos referidos a una experiencia de los sentidos(fresco, suave, refrescar, inundar) replican la experiencia en el cerebro del lector.
Dedicar parte de nuestro esfuerzo a relatar cómo nos sentimos o invitar con palabras a experimentarlo complementará y completará nuestras imágenes.
¿ Y tú
que piensas..?
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